Etiquetado europeo de neumáticos

Etiquetado europeo de neumáticos

El etiquetado de neumáticos comenzó en Europa el 1 de noviembre de 2012. Desde esta fecha y según el Reglamento (CE) nº1222/2009 , todos los neumáticos destinados a turismos (C1), vehículos de transporte ligero (C2) y vehículos de transporte pesado (C3) que se vendan en la Unión Europea deberán llevar una etiqueta normalizada. Quedan exentos de éste reglamento los neumáticos recauchutados, los neumáticos todoterreno profesionales, los neumáticos hechos para ser montados en vehículos matriculados antes del 1 de octubre de 1990, los neumáticos de repuesto de uso provisional de tipo T, los neumáticos con un índice de velocidad inferior a los 80km/h, los neumáticos con clavos, los neumáticos para vehículos de competición y los neumáticos con una llanta inferior o igual a 25,4 cm o igual o superior a 63,5 cm.

Objetivos

El objetivo del etiquetado de neumáticos es aumentar la seguridad, mejorar la eficiencia económica y medioambiental del transporte en carretera, fomentando el uso de neumáticos eficientes en términos de consumo de carburante, seguridad y nivel de ruido.

Además, el etiquetado de neumáticos nace con el objetivo de informar a los consumidores para que éstos, gracias al sistema de etiquetado, puedan conocer las características de los neumáticos antes de la compra.

Criterios

La nueva etiqueta informa al consumidor sobre tres prestaciones fundamentales del neumático: la eficiencia energética, la adherencia sobre suelo mojado y el nivel de ruido exterior.

La eficiencia energética

Este criterio se basa en la resistencia al rodamiento y podemos comprobarlo en la columna de la izquierda de la etiqueta (símbolo gasolinera). Aproximadamente, una quinta parte del consumo total de carburante depende de los neumáticos. Cuando los neumáticos ruedan por el asfalto se deforman y desprenden calor, creando la resistencia al rodamiento. Cuanto más alta es la resistencia al rodamiento mayor es el consumo de carburante y las emisiones de CO2. La etiqueta indica que tipo de resistencia al rodamiento tiene el neumático con letras de la A (la resistencia al rodamiento más baja) a la G (la más alta). La diferencia entre un neumático de clase A y un neumático de clase G puede llegar a ser de 0,5l/100 km.

La eficacia del frenado sobre suelo mojado

Este criterio es el más importante para la seguridad y podemos encontrarlo en la columna derecha de la etiqueta (símbolo de la nube y la lluvia). Ante una emergencia, sólo unos metros pueden marcar la diferencia. Así pues, un vehículo que circula a 80 km/h equipado con neumáticos de clase A reducirá su distancia de frenado sobre suelo mojado 18 metros, respecto a los neumáticos de clase F (la clase G no se utiliza).

Ruido de rodadura exterior

Este criterio está relacionado con la calidad de vida, ya que los neumáticos son responsables importantes del ruido que produce un vehículo. Aparece en la parte inferior de la etiqueta, representado por un altavoz. Este criterio cuenta con tres clases, representadas por una (la mejor nota), dos o tres ondas sonoras (la peor nota). Los neumáticos calificados como menos ruidosos serán aquellos que produzcan un ruido de hasta 68 dB y los más ruidosos producirán 74 dB como máximo.